El ocaso de los Reyes. Guerreros de
Troya III, de David Gemmell continua la épica batalla de Troya.
La oscuridad ha caído sobre el Gran
Verde y el Mundo Antiguo con ferocidad, dividiéndolos. En los campos que rodean
la ciudad de Troya, donde se congregan las fuerzas leales al rey Agamenón, la
matanza ha sido inmensa. Odiseo, el fabuloso cuentista y poco dispuesto aliado
de Micenas, sabe que Agamenón no se parará ante nada para asegurar el tesoro
que esconden los muros de la ciudad y, mientras tanto, él debe enfrentarse a
sus antiguos compañeros en un combate mortal.
Afligido y amargado, el rey troyano se
mantiene a la espera. Su esperanza está fijada en dos héroes: su hijo favorito,
Héctor, el guerrero más poderoso de su generación, y el temido Helicaón, quien
ejecutará la terrible venganza por la muerte de su esposa en manos de Micenas.
Sin duda, la guerra ha empezado.
Había dejado esta lectura para un
momento en que necesitara evadirme y leer algo que me atrapara. Y he de
comentar que acerté al hacerlo y seguramente gracias a ello haya disfrutado
mucho de este libro.
Aunque pueda parecer algo difícil de
creer en una leyenda tan conocida, Gemmell junto a la inestimable ayuda de su
mujer que tuvo que terminar esta novela por el fallecimiento del autor, consiguen
de nuevo darle esa vuelta de tuerca a la guerra de Troya y sorprendernos con el
desarrollo de su narración.
La historia comienza donde terminó la
anterior novela, con el rechazo del ejercito micénico en su intento de invadir
Dardania por parte de Héctor y Helicaón. El Dorado (recordemos que así es como se le
conoce a Helicaón) no solo ha visto como la capital de su reino ha sido casi
quemada hasta los cimientos, además, su mujer pereció en el asalto para salvar
a su hijo Dex.
Tras destruir la flota micénica llevado por la ira y a
pesar de que el olor a guerra se respira en el ambiente, Helicaón decide conducir a su
hijo a Troya para mantenerlo a salvo de las garras de Agamenón y sus tropas.
Una vez en la ciudad dorada, el rey Príamo
le encarga a Helicaón una importante misión en la que deberá conducir a la
princesa Casandra hasta la isla de Tera y retornar con estaño suficiente para
poder continuar batallando contra los ejércitos de la coalición micénica. En
otro momento esa no sería una tarea demasiado importante para alguien como el
rey Dardanio y su poderosa Janto, pero en pleno invierno y con el precio que
hay puesto a su cabeza por todo el Gran Verde, se perfila como una misión muy
peligrosa. Para acabar de terminar de complicar las cosas, Andrómaca, la esposa
de Héctor y la mujer de la que está enamorada Helicaón, debe de acompañarle por petición expresa de la sacerdotisa de Tera.
Además de luchar contra sus
sentimientos, el mar, los piratas y los guerreos micénicos, llegado el momento Helicaón
verá como se pondrá a prueba su amistad con su más antiguo compañero, Odiseo.
El hombre al que consideraba como su mentor y que mandó asesinar a su padre, se encuentra en graves problemas al haber sido secuestrada por los piratas su
esposa, la conocida Penélope, y necesitará de toda la ayuda posible para
recuperarla sana y salva.
Mientras Helicaón, Andrómaca y Odiseo
sostienen sus propias aventuras, la singular pareja formada por Banocles y Calíades
se encuentra en Dardania defendiendo el reino del Dorado junto a los tracios y parte
del Caballo de Troya. Después de diversas trifulcas entre ambos ejércitos y tras ver con sorpresa como los micénicos no parecen muy empeñados en destruirles a pesar de su
superioridad numérica, Calíades comprende que la invasión de Dardania es solo
una estratagema para mantener a sus hombres alejados de Troya y deciden volver
a toda prisa a la ciudad dorada, donde descubren que la gran guerra ha comenzado.
A partir de este momento disfrutaremos
de una gran carga de acción entre los ejércitos micénicos y los troyanos, que
nos conducirá a un desenlace ya conocido por todos con la caída de la ciudad,
pero esta vez llegaremos a ese final por un camino distinto al que nos
narró hace ya muchos siglos Homero.
Creo que es algo que ya he comentado
en anteriores libros y siento volver a repetirme, pero es que los personajes
son el verdadero corazón de esta historia. Desde aquellos con un rol
protagonista, como Odiseo, Banocles, Calíades, Héctor, Andrómaca, hasta los más
secundarios, desprenden un aura de carisma y misticismo que le otorga más
épica, si eso es posible, y humanidad a una historia repleta de héroes de
leyenda.
La prosa de Gemmell y esposa, es muy fluida
y concisa. Sin grandes alardes, pero a su vez muy alejada de lo que podríamos
considerar como pobre. En una palabra, eficiente. Ese estilo, junto a la trama,
personajes y demás, ayudan a que a las pocas páginas quedemos prendados y sin
posibilidad de despegar la nariz del libro. De nuevo e igual que sucedía en los
libros anteriores, destacaría la maestría que tenía Gemmell para narrarnos las
escenas de acción.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
· Una vez mas Gemmell nos sorprende con su genial reinterpretación de esta leyenda y
nos proporciona una última parte de la trilogía a la altura de los dos primeros
libros.
·
La
forma en que la historia te engancha casi desde la primera página.
· Como
gran seguidor de escenas de acción, esta novela nos deleita con un gran número
de ellas narradas con mucho oficio.
· El
carisma que todavía son capaces de desprender ciertos personajes después ya de
varios libros. Nunca me cansaría de leer al gran Odiseo o de ver en acción a
Banocles y Calíades.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
· Creo
que en líneas generales esta trilogía es de tanta calidad, que el final siendo
bueno, te deja un poco chafado al esperarte algo todavía más grandioso.
CONCLUSIÓN:
El ocaso de los reyes es un gran
colofón para la trilogía de los Guerreros de Troya. A pesar de que David
Gemmell no pudiera terminar de escribir la novela, su mujer hizo un trabajo
magnifico y consiguió mantener el nivel de los dos libros anteriores. Los
personajes siguen siendo uno de sus grandes puntos fuertes, sin olvidarnos de
la originalidad que envuelve a una historia tan conocida por todos. Puedo
afirmar sin ningún tipo de duda, que esta trilogía se ha ganado un puesto entre
mis lecturas favoritas y por ello la recomendaría encarecidamente a todo aquel
que disfrute de las novelas historias o simplemente de un buen libro.
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