Cuando
un fragmento de Engendro de Luna, en otro tiempo hogar de Anomander Rake, Hijo
de la Oscuridad, se estrelló contra el mar Rivan, creó una cadena de pequeñas
islas. Islas rodeadas ya de leyendas y rumores. La más potente de todas es que
ahí se oculta el Trono de la Noche, que según algunos afirman es la sede de
poder de la propia Madre Oscuridad. En cualquier caso, todos los que buscan
este antiguo artefacto (magos renegados, curtidos mercenarios, incluso un
desertor del ejército malazano) creen que conferirá un poder ilimitado a su
eventual dueño. Las apuestas son altas, la codicia abunda, la traición es
inevitable y el asesinato y el caos solo esperan su oportunidad…
Dentro
de la fantasía épica, pocas obras más impresionantes podemos encontrarnos que
Malaz. Por ello siempre que me encuentro delante de un libro sobre este
complejo y apasionante universo, ya sea de El libro de los Caídos o como en
este caso del Imperio, mis expectativas se disparan y no puedo hacer otra cosa
que leer y leer hasta terminar la historia.
Con
Orbe, Cetro, Trono no iba a ser menos, aunque ya os adelanto que después de los
dos últimos buenos libros de Esslemont, en este la saga del Imperio ha bajado
el nivel y para colmo, incluye un Spoiler del tamaño de Engendro de Luna.
En
esta cuarta novela de la saga El Imperio, la acción nos sitúa en el continente
de Genabackis y en la ciudad de Darujhistan. Como reza la sinopsis, Engendro de
Luna ha caído en mitad del mar formando una serie de islas a las que todo el
mundo quiere llegar para conseguir encontrar las supuestas riquezas que los
Tiste Andii almacenaban allí.
Esa
podríamos decir que podría ser la trama principal de la historia donde tendríamos
a Azogue (un veterano abrasapuente) como protagonista de ella. Pero si habéis
leído Malaz, que supongo será el caso sino no estarías aquí, ya sabréis que
tanto Erikson como Esslemont gustan de no crear una trama principal al uso,
sino más bien un buen número de tramas secundarias que acaban convergiendo en
un final que te suele dejar con más preguntas que antes de que empezaras a leer
la novela.
En
este libro, en esas tramas secundarias, tendrán mucho protagonismo los Seguleh.
Conoceremos desde el punto de vista del Seguleh vivo de mayor rango dentro de
su orden, los entresijos de esta enigmática nación de la que salvo por alguna
breve aparición en los otros libros, solo hemos recibido información de oídas.
Además podremos volver a saber sobre Kiska y Leoman de los Mayales en su búsqueda
del mago supremo Tayschrenn, o cómo les va en Darujhistan al misterioso e
insoportable Krupper y al grupo de abrasapuentes que decidieron montar una
taberna en la ciudad, justo en lo que fue el templo del dios ancestral Krul.
Siento
no poder hablaros mucho más de cada una de estas tramas, pero sin revelaros más
información me parecía imposible continuar, y si os atrevéis a leer el libro ya
veréis que de spoilers vais más que bien servidos.
Como
es habitual en Malaz y hasta se podría afirmar que es su sello personal, la
historia es densa y algo confusa, en muchos casos demasiado incluso para un
lector fiel de la saga. En la mayoría de las otras novelas conforme avanza la
historia te vas cogiendo y al final cuando ya parece que te sitúas en la onda
del autor, el libro se termina dejándote con ganas de obtener más respuestas. Pero
en este caso, inclusive con la narración ya avanzada, la sensación con la que
te quedas es la de nunca haber terminado de engancharte del todo y haciendo uso
de un término ciclístico, es como si te pasaras toda la historia haciendo la
goma.
Los
personajes como es costumbre son una gozada. Ya sean principales o secundarios,
conocidos de otros libros o recién salidos de la pluma de Esslemont, se les
nota mucho trabajo y sobre todo con personalidad propia. Algo nada sencillo
cuando entre unas cosas y otras puede que haya un centenar de personajes con
más o menos protagonismo entre las dos sagas de Malaz.
COSAS QUE ME HAN
GUSTADO:
· El
desvelar gran parte, por no decir todo el misterio que rodea a los enigmáticos Seguleh.
Hasta este libro apenas sabíamos nada de ellos salvo que eran mortíferos con la
espada. Ahora por fin descubriremos su forma de vida y las motivaciones que les
mueven.
· Los
personajes tanto principales como secundarios. Si algo me encanta de Malaz es
la forma en que tanto Erikson como Esslemont trabajan sus personajes con mimo
hasta conseguir que la mayoría de ellos brillen con luz propia, aunque solo
sean unos simples soldados de un pelotón. Esta cuarta entrega del Imperio no
iba a ser menos y volveremos a disfrutar de grandes personajes.
·
Las
apariciones de alguno de los míticos abrasapuentes siempre son más que
bienvenidas. Si además como es el caso podemos disfrutar del punto de vista de varios
de ellos, pues mejor que mejor.
COSAS QUE NO ME HAN
GUSTADO:
·
Soy
consciente de que ni el libro ni el autor tienen culpa de nada, toda ella
habría que repartírsela entre una editorial que no sé en qué narices estaría
pensando para publicar primero este libro antes que Toll The Hounds y mi ansia
por leer Malaz, pero el Spoilerazo que te comes es tan grande, que el regusto
tan amargo que se te queda al finalizar la historia, te hace plantearte que
hubiera sido mejor no leerla.
·
Malaz
es un libro denso y muy difícil de seguir, por eso mismo hay que saber conducir
al lector durante toda la narración para que este no se pierda todavía más.
Erikson es un maestro en ese aspecto como se ve reflejado en sus libros, de
Esslemont no puedo decir lo mismo, al menos en este libro no es capaz de ello,
por lo que al final la historia le queda demasiado enmarañada.
· No
sabría como explicarlo, pero le falta ese algo que por ejemplo si tenía El Regreso de la
Guardia Carmesí o los Empuñapiedras.
CONCLUSIÓN:
Orbe,
Cetro, Trono es muy recomendable para cualquier seguidor de Malaz. No es ni de
lejos el mejor libro de este universo, pero tampoco es el peor. Pero ahora
bien, si no lo habéis leído, ya sea porque tenéis más sentido común que yo y
habéis preferido esperar a Toll The Hounds, en ese caso habéis acertado y os
felicito por ello. Pero si lo tenéis comprado y os sentís tentados, hacedme caso
y aguantad, el spoiler que os comeréis no creo que merezca la pena.
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