Debido
al influjo sobre la Tierra de un agujero negro, el 13 de marzo, a las 13 horas,
13 minutos y 13 segundos se producirá un fenómeno denominado P-13.
Las
medidas del gobierno para afrontarlo se estudian en el más absoluto secreto. Ni
siquiera los científicos saben exactamente en qué consistirá dicho fenómeno y
sus consecuencias: los departamentos que se ocupan del asunto se han limitado a
señalar que es importante suspender por unos instantes toda actividad
peligrosa, así como mantenerse alejado de los lugares de riesgo. Sin embargo,
esta información se ha mantenido oculta con la idea de no alterar a la
población, prohibiéndose su divulgación hasta que pase el fenómeno.
Fuyuki
Kuga, detective de la Jefatura de Policía de Tokio, y su hermano mayor, Seiya,
inspector de policía adscrito a la misma Jefatura, se ocupan en esos momentos
de un asunto de atraco a mano armada, pero, debido a un error de Fuyuki, Seiya
resulta herido de bala por un miembro del grupo criminal al que persiguen. Por
su parte, Fuyuki recibe también un balazo de los delincuentes y se desmaya.
Cuando recobra el conocimiento, constata que no queda nadie en las calles de
Tokio.
Deambulando
por la ciudad, sin comprender qué está pasando, encontrará a otras diez
personas que han sufrido el mismo fenómeno. Entre ellas se halla también,
inexplicablemente, su hermano Seiya, quien en buena lógica debería estar
muerto. Incapaces de asimilar la situación, el grupo intenta sobrevivir vagando
por un Tokio en ruinas, devastado por las catástrofes naturales y las
enfermedades.
Para amenizaros esta tarde de sábado
os traigo la reseña de Paradox 13, una novela de ciencia ficción que en su día
triunfó en Japón y que gracias a Nova nos ha llegado hace bien poco a nuestro país,
y que además fue un inesperado y tardío regalo de cumpleaños para un servidor.
Tal y como reza la sinopsis, a causa
de un agujero negro el mundo se enfrenta al fenómeno denominado como P-13.
Ningún científico puede asegurar que sucederá ese día 13 de marzo a las
13:13:13, pero todos afirman que la Tierra se verá afectada y que las consecuencias
existirán, aunque lo normal es que sean imperceptibles para el ojo humano.
Conscientes de lo complicada de la
situación, el gobierno de Tokio decide no alarmar a la población, pero si tomar
medidas para evitar cualquier tipo de incidente durante ese periodo de tiempo. Para
ello deciden cerrar los aeropuertos durante el cuarto de hora anterior, parar el
transporte público y avisar a las fuerzas de orden para que estén atentas a
cualquier suceso y no arriesguen sus vidas. Pero a Seiya Kuga, inspector de la policía
de Tokio, esas advertencias le entran por un oído y le salen por el otro, ya
que se encuentra en mitad de una operación importante y para colmo su hermano
pequeño, Fuyuki, policía local de la zona, ha decidido por su cuenta apuntarse
a la detención. Antes de que Seiya pueda llegar hasta su hermano es tiroteado y
momentos después Fuyuki también recibe un balazo y todo se desvanece a su
alrededor.
Cuando Fuyuki despierta, no solo no está
herido, si no que se halla en una ciudad de Tokio desierta. Los coches se
encuentran abandonados en mitad de la vía, como si sus conductores los hubieran
abandonado de cualquier forma. Tras vagabundear un poco por la ciudad se topa
con un par de personas más, algo que debería aliviar su estado de shock, si no
fuera porque Tokio es una ciudad habitada por millones de habitantes, que han
desaparecido de forma literal. Sin saber muy bien que ha sucedido, Fuyuki y su grupo se
encaminan en busca de respuestas y de más supervivientes. Para su sorpresa,
Fuyuki encuentra a su hermano Seiya, que comanda a otro pequeño grupo. Seiya no
parece guardarle rencor a Fuyuki por su forma de actuar, aunque se muestra algo distante con él, algo
habitual en la relación entre los dos hermanos. Contento de cederle el mando a
su hermano mayor, Fuyuki y el resto del grupo seguirán a Seiya en busca de un
refugio en donde establecer su base, pero esta no será una tarea sencilla, ya
que la ciudad de Tokio sw está deteriorando a pasos agigantados delante de sus
ojos.
La trama continúa narrándonos los
problemas de este grupo de personas para sobrevivir en ese mundo tan extraño en
el que parecen los únicos supervivientes. Llegado el momento los protagonistas
descubrirán el motivo por el que todo el mundo ha desaparecido menos ellos y se
verán en la obligación de tomar una decisión muy complicada.
Centrándonos en otros aspectos más
allá de la trama, esta es una de esas novelas fáciles de leer, en algunos
momentos por merito del autor y otros por demérito de este. No diré que la
prosa empleada es pobre, pero tampoco va a ganar ningún premio por su estilo.
En este aspecto me ha recordado bastante a una novela juvenil. El ritmo
narrativo si lo he visto más en consonancia de lo que uno podía esperar. Sin
grandes altibajos ni parones que perjudiquen la lectura.
Los personajes y la interacción que
vemos entre ellos da para una reseña propia. Mira que he visto personajes sin
personalidad y con los que es difícil empatizar, pero es que los de esta
historia se llevan la palma. Decir que son fríos es quedarse corto, parecen
robots sin sentimientos y cuando los tienen son demasiado exagerados y a
destiempo. Además, sus diálogos carecen de cualquier tipo de humanidad y cercanía.
Y ojo, que entiendo que son japoneses y sé del tipo de sociedad introvertida en la que
vive esta gente, pero ni es que con esas puedo decir nada bueno de ellos.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
Ø La
propuesta de partida es muy interesante y bastante original, dejando al lector
frente a una trama repleta de incertidumbre, algo que yo siempre agradezco.
Ø Gracias
a su prosa ligera y a un ritmo narrativo sin grandes sobresaltos, Keigo
Higashino consigue ofrecer al lector una propuesta bastante entretenida. A
pesar de sus errores, este es un libro que puede llegar a enganchar por su
sencillez.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
Ø Siendo
consciente de que la sociedad japonesa es muy diferente a la occidental y las
personas suelen ser bastante más retraídas, me ha parecido que los personajes
son exageradamente fríos y que actúan de un modo bastante irreal. Eso sin
contar con los diálogos, muy forzados la gran mayoría de tiempo. Imposible
empatizar con ellos en toda la historia.
Ø Que
la trama se alargue demasiado. Llegado el momento y con todas las cartas ya
encima de la mesa, se debería de haber buscado un giro de guión o bien terminar
la novela.
CONCLUSIÓN:
Tras leer Paradox 13 he podido
comprender el motivo por el que esta novela arrasó en su día en el país nipón.
Para empezar, la trama en la que se basa es bastante original y además se ve
rodeada por un halo de incertidumbre muy adictivo, lo que junto a la prosa directa
empleada por su autor, Keigo Higashino, hacen que el lector termine enganchado
casi sin darse cuenta. Además, seguro que a los lectores japoneses los
personajes de esta historia les parecieron bastante cercanos, algo que con el
lector occidental dudo que ocurra, es más, en mi caso me ha sido imposible
empatizar con unos protagonistas tan distantes e introvertidos, perdiendo gran
parte de la gracia de esta obra a causa de ello. ¿Recomendable? Bueno, al ser
una novela que se lee fácil y no demasiado larga, creo que su lectura puede ser
interesante para un público que busque algo sencillo de leer y que le
entretenga, pero solo en ese caso la recomendaría.
hola, leí tu reseña y me gustó (yo en este momento estoy escribiendo la mía para mi blog), sin embargo difiero un poco de tu afirmación de "su lectura puede ser interesante para un público que busque algo sencillo de leer y que le entretenga", pues creo que pese a su lenguaje sencillo el libro contiene mucha información en términos más profundos sobre temas como la vida y la muerte que generan bastantes preguntas sobre el tema... cuestión aparte te felicito por tu blog...
ResponderEliminarMi problema es que no empatice con los personajes y claro,desde ese momento, lo cierto es que me dio un poco igual lo que les pasara y me centré más en saber como se resolvía la trama, por ese motivo tal vez no supe apreciar esos matices que comentas. Pero bueno, si al final a todos nos gustará los mismo, la vida sería muy aburrida.
EliminarSaludos y gracias por pasarte y comentar.