Toda
era tiene que llegar a su fin. Ha dado comienzo una estación de desenlaces.
Empieza con una gran grieta roja que recorre las entrañas del único continente
del planeta, una grieta que escupe una ceniza que oculta la luz del sol.
Empieza con la muerte, con un hijo asesinado y una hija perdida. Empieza con
una traición, con heridas latentes que comienzan a supurar. El lugar es la
Quietud, un continente acostumbrado a la catástrofe en el que la energía de la
tierra se utiliza como arma. Y en el que no hay lugar para la misericordia.
Muy buenas tardes a todos, aunque con
cierto retraso por mi parte, para esta tarde os traigo la reseña de una de las
novelas más esperadas del año y cuya trilogía tiene todos los mimbres de
convertirse en un clásico dentro de la fantasía y la ciencia ficción.
A diferencia de la anterior entrega en
la que la protagonista principal de la historia era Essun, aunque en tres
etapas diferentes de su vida, en esta segunda novela disfrutaremos de otro
punto de vista además del de la propia Essun. En este caso, el de Nassun, la
hija perdida de nuestra protagonista y con cuya desaparición arranca esta
historia.
Nassun a diferencia de su hermano
pequeño, salva su vida frente a la terrible furia que invade a su padre al
descubrir que es una orogen. Tal vez por la propia inocencia de una niña
pequeña y por el amor que su padre le profesa y siempre le había mostrado, en
contraste con el modo tan duro con el que su madre la trataba mientras la
entrenaba para controlar sus poderes, Nassun decide acompañar a su padre y
escapar de su comu. Ni el viaje ni los caminos por los deberán dirigirse estarán
exentos de problemas y más en una época en la que se avecina una Estación y la
gente parece perder su humanidad y civilización. Pero la férrea voluntad del padre
de Nassun podrá con todos esos impedimentos, ya que para él, cualquier esfuerzo
será nimio con tal de poder salvar a su pequeña del terrible mal que la domina.
Unos meses más adelante en el tiempo,
nos encontramos con Essun justo donde la dejamos al final de anterior libro.
Acaba de llegar a la comu de Castrima, un lugar muy extraño situado bajo tierra,
en el que los orogenes conviven de forma pacífica con el resto de seres humanos
sin sufrir los desprecios y la violencia de estos. Pero si no fuera suficiente
encontrarse en una comu dirigida por una orogen al que todo el mundo respeta,
además, allí se encuentra Alabastro, su viejo maestro. Este parece haber envejecido
varias décadas y su salud pende de un hilo, pero sigue manteniendo su fuerza y
su lucidez. Su presencia en Castrima no es una casualidad, Alabastro se
encontraba allí con la esperanza de poder reencontrarse con Essun, ya que ella
es la única que posee el suficiente poder como para evitar que el mundo se vaya
al carajo de una vez por todas. Con el tiempo en contra de ambos, ya que la
salud de Alabastro se resiente día a día y este tiene demasiadas cosas que
enseñarle a Essun, entre ellas a controlar los Obeliscos, que parecen ser la
clave para que la Tierra se vuelva a calmar y desaparezcan las Estaciones. Pero
además de tener que luchar contra la Estación que se avecina y la debilidad de
Alabastro, diversas facciones hasta ahora desconocidas no parecen dispuestas a
permitir que Essun ponga en práctica las enseñanzas de su maestro, por lo que
la orogen y sus nuevos amigos tendrán que estar ojo avizor ante cualquier amenaza.
Gracias a ambas tramas iremos
descubriendo y recibiendo respuesta a muchos de los enigmas que la historia nos
va planteando, aunque por supuesto muchos otros se quedarán en el tintero de cara a la
tercera entrega. El desenlace como es obvio al ser una trilogía, deja la
historia abierta de cara al último volumen y nos ofrece un sinfín de posibilidades,
por lo que nos será complicado saber por dónde van a ir los tiros.
Centrándonos en otros aspectos de la
novela, tanto el estilo narrativo, narrado en segunda persona como si nos encontráramos
cara a cara con el narrador y este nos estuviera contando la historia de un modo particular, como la
prosa, muy cuidada y repleta de frases cortas y directas que ayudan a agilizar
la lectura, los calificaría de notable alto y casi excelentes. No tengo pegas
en ningún caso. El ritmo narrativo va de menos a más, algo que se agradece y
aunque tampoco tengo demasiadas pegas, si me ha parecido que quizás arranca un
poco demasiado lento, pero nada grave.
Finalizando con los personajes, además
de los ya conocidos, Essun y Alabastro, disfrutaremos del punto de vista de
Nassun y conoceremos mejor a Chafa y a Hora, dos personajes misteriosos que
tienen mucho que decir en la historia. Todos ellos y algunos otros que aparecen
en la historia, destacan para bien y puedo afirmar que Jemisin hizo un trabajo
cuasi impecable con ellos. De notable alto, casi excelente en este apartado.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
Ø La
narración en segunda persona aunque al principio nos pueda parecer poco
natural, al final acaba siendo uno de los puntos fuertes de la novela. Ese
peculiar estilo narrativo, junto a la prosa de Jemisin y el tono maduro e implacable que le da a la historia, hacen de esta una
lectura que engancha.
Ø El
universo creado por Jemisin y que tanto nos maravilló en la primera entrega, no
solo se mantiene a la altura, sino que incluso descubriremos más información
sobre él y las posibles causas de su actual situación.
Ø Los
nuevos personajes y la nueva trama con la que Jemisin nos deleita, no solo
aportan un punto de vista diferente a la historia, sino que además nos abre un
enorme abanico de posibilidades de cara al tercer libro.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
Ø La
perdida de frescura y sorpresa con respecto a la primera entrega. Siendo
consciente de que este segundo libro es más complejo y redondo que el anterior,
lo he disfrutado menos por esa carencia de sorpresa tanto en la trama, como en
el Worldbuilding que ya me es conocido.
CONCLUSIÓN:
Con El portal de los obeliscos Jemisin
rompe con un cliché muy arraigado en el que la segunda novela de una trilogía
acostumbra a ser un libro puente entre el inicio y el desenlace de esta, y nos
trae una historia más madura, narrada con ese estilo tan personal y que tanto
nos gusta y en la que disfrutaremos de nuevo de un universo tan espectacular
como es la Quietud y como no, de unos personajes, tanto los conocidos, como los
nuevos, espectaculares. Por ponerle algún pero, en este caso más personal que
nunca, esta segunda entrega me ha parecido menos disfrutable que la anterior y
es una sensación curiosa, ya que creo que como obra su calidad es superior en
casi todos los aspectos, pero tal vez mis expectativas eran demasiado elevadas
y esperaba algo que me sorprendiera y me dejara anonadado y no ha sido el caso.
¿Recomendable? Si has leído la primera entrega es un SI en mayúsculas y
rotundo. Solo para aquellos que todavía no conocen la Quietud, no les
recomendaría esta lectura, al menos hasta que hayan leído el primer volumen.
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