Aunque Vulkan permanece en estasis bajo la Fortaleza de Hera, muchos de sus hijos se niegan a creer que esté realmente muerto. Después de un rescate casi milagroso por parte de los Ultramarines, Artellus Numeon, antiguo capitán de la Guardia Pira, insta a los otros Salamandras de Macragge a abandonar el Imperium Secundus y devolver el cuerpo de su Primarca al mundo natal de Nocturne, donde renacerá en las llamas del Monte del Fuego Letal.
Pero las dudas y temores por el futuro de la Legión no dejan de acosar a Numeon. Mientras tanto, sus enemigos tratan de hacerse con nuevos destinos…
Hoy domingo me he levantado guerrero y
por ese motivo os traigo la reseña de Fuego letal de Nick Kyme, la entrega
número 32 de la saga de la Herejía de Horus, una de esas sagas cuyo valor
literario es en muchos momentos algo dudoso, pero que a mí me entretiene una
barbaridad y me viene genial para desconectar de otras lecturas más pesadas.
Como reza la sinopsis, la novela
arranca con el rescate de Numeon, capitán de la legión de los Salamandras, a
manos de una fuerza de Ultramarines que asalta una nave repleta de traidores
Portadores de la palabra. Numeon es conducido hasta Macragge, la capital del
nuevo Imperium Secundus formado ante la más que posible caída de Terra, donde
le comunican la terrible noticia de la muerte de su Primarca Vulkan.
Obvia decir que Numeon no cree nada de
lo que le dicen y decide acudir en persona a contemplar el cadáver en estasis
de su padre. Con un trozo de lanza incrustado en su cuerpo, que nadie ha sido
capaz de arrancarle, Vulkan en verdad ha muerto. Incapaz de asumir la muerte de
su padre, Numeon reúne a los escasos restos de la legión que permanecen en
Macragge y desatendiendo los consejos de Roboute Guilliman, Primarca de los
Ultramarines, decide abandonar ese frío planeta y volver a la calidez de Nocturne donde
Numeon cree que Vulkan renacerá. Pero alcanzar su planeta natal no será nada
sencillo, para ello deberán de superar la terrible y peligrosa tormenta de
disformidad que aísla al Imperium Secundus del resto de la galaxia, así como
defenderse de un buen número de legionarios traidores, los cuales desean robar
el cadáver de Vulkan y el trozo del arma que le mató.
Conducido por la férrea fe en su
padre, Numeon no tendrá objeciones en poner en peligro su vida y la de los
restos de su mermada legión para alcanzar su objetivo. Pero sus perseguidores serán
igual o más implacables que ellos y su llegada a Nocturne muy incierta.
El desenlace de la novela nos traerá
mucha acción y heroísmo por parte de los Salamandras, pero eso no significa que
al final consigan su objetivo, eso ya es algo que deberéis de averiguar por
vosotros mismos.
Una vez terminado el resumen de la
trama, vamos a analizar otros aspectos de la novela. Tanto la prosa como el
estilo narrativo destacan por su sencillez, lo único así más complicado con lo que no encontraremos son los
términos específicos de esta saga, pero si uno ha llegado hasta aquí, ya se los
conoce de sobra. El ritmo narrativo es bastante ágil, ya que no nos topamos con grandes parrafadas ni diatribas, aunque en la parte central de la historia
el ritmo pierde un poco de ímpetu. En cualquier caso, es un libro entretenido
que se lee bastante bien.
Finalizamos como es habitual hablando
de los personajes. En esta entrega aparecen diversos Primarcas, más de los que
suele ser habitual en este tipo de novelas, aunque en realidad su protagonismo
es bastante limitado, salvo en el caso del cadáver de Vulkan. Numeon como eje
de la trama cumple bien, pero no alcanza las cotas de excelencia de otros
personajes de esta saga. El resto de secundarios y compañeros de Numeon, les
pasa algo parecido, están bien, pero ninguno de ellos es la panacea y en el
caso de la némesis de Numeon, me ha dejado bastante frío.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
Ø Ver
desde dentro los entresijos de una legión como los Salamandras, de la que hasta
este momento en la Herejía su papel había sido bastante más secundario.
Ø
El
desenlace de la novela me ha dejado un buen sabor de boca. Tanto por el modo en
el que suceden las cosas, como por la manera en que terminan. Muy acertado y te
deja con ganas de más.
Ø
Como
en cualquier novela donde los protagonistas sean Marines espaciales, hay mucha
acción, algo que me encanta y es uno de los motivos por los que leo estas novelas, y además en este caso toda esa acción está bastante bien narrada.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
Ø La
trama se alarga muchísimo, para mi gusto le sobran unas cuantas páginas, y
además si uno se para a analizarla bien, esta tiene algunos agujeros en el
guión bastante importantes.
Ø Esta
saga de la herejía de Horus destaca por ofrecernos personajes muy carismáticos en casi
cada novela, en esta historia no es que sean malos personajes los
protagonistas, pero ninguno de ellos, ni los "buenos" ni mucho menos
los "malos", alcanzan ese nivel.
CONCLUSIÓN:
Fuego letal es la segunda parte de la
trilogía sobre los Salamandras que Nick Kyme quiso introducir dentro de la propia Herejía de Horus, ocupando el volumen 32 de esta saga, casi nada. Como
novela de los Salamandras cumple bastante bien, incluso de forma notable, ya
que nos muestra esta legión desde un punto de vista más cercano. Ahora bien,
como novela dentro de la Herejía, ya me genera más dudas, ya que salvo algunos
pequeños aportes sobre el Imperium Secundus y sobre todo las posibilidades que
nos ofrece el desenlace, aporta muy poco al global. ¿Recomendable? Si has
llegado como en mi caso a leerte las 31 novelas previas de la Herejía de Horus,
pues seguro que conseguirás disfrutar de esta lectura en mayor o menor medida,
si no ha sido el caso y no conoces esta saga o no has llegado todavía a esta
altura, pues lo mejor es dejarla pasar o esperarse a poder ponerse al día.
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