En
Darujhistan, la ciudad del fuego azul, se dice que el amor y la muerte llegarán
bailando. Transcurre el verano y el calor es sofocante, pero al hombre redondo
y pequeño con el chaleco rojo desteñido le molesta algo más que el sol. Las
cosas no van bien. Funestos presagios plagan sus noches y acechan las calles de
la ciudad como demonios de las sombras. Los asesinos acechan por los
callejones, pero han cambiado las tornas y los cazadores son presas.
Manos
ocultas rompen las ataduras de la tiranía. Mientras los bardos cantan sus
trágicas historias, en algún lugar lejano se oye el aullido de los mastines… Y
en la distante ciudad de Coral Negro, donde gobierna el Hijo de la Oscuridad,
hay sed de venganza. Parece que el amor y la muerte van a llegar de la mano… y
bailando.
Primero de todo, me gustaría agradecer
a ediciones Nova por haber retomado una saga que nunca creí que podría volver a
disfrutar en castellano. Mil gracias por ello y por mi parte os habéis ganado
un lector y seguidor de la editorial para siempre.
¿Y qué os puedo explicar sobre este
octavo libro de la saga? Pues es algo que no dejo de preguntarme mientras
aporreo el teclado de mi ordenador sin saber muy bien que contaros. Si sois
lectores asiduos de Malaz y estáis leyendo esta última entrega o tenéis la intención
de leerla pronto, estoy convencido de que no querréis saber ni quien aparece en
esta historia, al menos yo no querría saberlo, y en el caso de no ser lectores
de Malaz, pues lo cierto es que da igual lo que os cuente ya que no os vais a
enterar de nada.
Así que solo me queda una posibilidad
si quiero publicar una entrada medio decente, y es la de hablaros de las
sensaciones que me ha dejado esta lectura, pero al mismo tiempo omitir la mayor
cantidad de detalles posibles sobre ella. Suena a incongruencia y con total
seguridad lo es, pero no se me ha ocurrido nada mejor.
Centrándome ya en Doblan por los
mastines, he de decir que lo terminé de leer anoche a última hora y todavía continuo
en shock. Las últimas 200-300 páginas, puede que incluso alguna más, fueron una
delicia para mis sentidos y una de las experiencias literarias más satisfactorias
que he vivido desde que comencé a leer hace ya muchos años. Hasta ese momento
habían pasado como 1400-1500 páginas, con mejores y peores momentos, pero en
general de una calidad notable, en los que la compleja trama nos iba dejando
pistas sobre el gran desenlace al que nos conducía la historia, pero ni
haciendo uso de toda mi imaginación hubiera podido fantasear con un final como
el que Erikson nos presenta. No es la carga emocional que acompaña a la
historia, que existe y en ciertos momentos es enorme y muy bien llevada, ni la
congregación de algunos de los mejores personajes de la fantasía épica actual
en un mismo escenario, es mucho más que eso, es el darte cuenta de cómo Erikson
es capaz de hacer converger un gran número de tramas secundarias en un momento
e instante preciso y conseguir no solo que todo encaje a la perfección, sino que lo haga con una majestuosidad que te
deja con la boca abierta. Me gustaría poder explicar esto último de un modo más nítido,
pero es que no encuentro las palabras adecuadas que plasmen el regocijo con el que apagué
el kindle anoche.
Con respecto a otros aspectos de la
novela, Erikson se mantiene fiel a su estilo de narración algo caótico en
ciertos momentos, más por la saturación de información que nos ofrece que por la
falta de calidad de su prosa, y un ritmo que va aumentando con el paso de las
páginas hasta alcanzar su cenit en el desenlace de la trama.
¿Qué puedo decir de los personajes?
Pues lo habitual en Malaz, brutales desde el primero hasta el último. Dentro de
la magnificencia que rodea a esta obra, es en los personajes donde se
cimienta toda su grandeza. Pocos individuos mejores construidos nos encontraremos
dentro de la fantasía épica y puede que en la literatura en general.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
Ø La
última parte del libro es épica en estado puro. Igual exagero, pero yo creo que
es de lo mejor que he leído en fantasía heroica en toda mi vida.
Ø Los
personajes una vez más son brillantes y uno de los grandes puntos fuertes de
Malaz. Pero ojo, no solo los grandes héroes y los dioses lo son, Erikson es
capaz de conseguir que hasta el más insignificante personaje termine siendo la
bomba.
Ø Anomander
Rake. Soy consciente de que ya he alabado a los personajes en el punto
anterior, pero el hijo de la oscuridad se merece un apartado propio en este
libro. No puedo decir más sin revelar detalles demasiado jugosos, pero aquellos
que lo leáis seguro que estaréis de acuerdo.
Ø Lo
cada vez más impresionante que me parece todo el universo de Malaz. Es que con
cada libro el autor se supera y cuando ya creías que lo habías visto todo, pues
te encuentras con nuevas revelaciones y una ambientación insuperable.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
Ø Incluso
para ser Malaz me ha parecido un libro demasiado extenso. Es que son 1700
páginas en mi kindle y aunque esta saga no destaca por tener mucha paja, al
final la trama se alarga demasiado. Y ojo, que a falta de 300 páginas no quería
que terminara y me hubiera encantado que tuviera 1000 más XD.
CONCLUSIÓN:
Lo mejor que puedo decir de Doblan por
los mastines es que rezuma el espíritu de Malaz por cada una de sus páginas. Para los
menos avezados en este universo, eso quiere decir que estamos delante de unos personajes
grandiosos, una trama enrevesada que nos hará tirarnos de los pelos en muchos
momentos, pero que a su vez nos ofrecerá un sinfín de alegrías cuando por fin
vayamos atando cabos, y como no, todo ello escrito con el peculiar y cuidado
estilo de su autor, que hace de esta una lectura complicada y no apta para
todos los públicos. Tampoco ayuda al lector la enorme cantidad de páginas con la que nos
toparemos y que hacen de esta lectura una lectura de fe. ¿Recomendable? Hombre,
si eres seguidor de Malaz y te has leído todas las anteriores, seguro que no
necesitas ninguna clase de recomendación para convencerte. Ahora bien, si todavía no eres lector de Malaz,
en ese caso lo mejor es que empieces la saga con paciencia y sabiendo que estas
delante de algo muy grande, pero que no a todo el mundo le gusta.
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