Inglaterra vive una paz inquietante. Sigtryggr, el gobernante vikingo de Northumbria, y la reina sajona de Mercia, Etheflelda, han acordado una tregua. Ante la inesperada calma, Uthred de Bebbanburg tiene finalmente la oportunidad de recuperar el hogar que el traidor de su tío le robó hace tantos años y que ahora aún ocupa su intrigante primo.
Para hoy os traigo la nueva aventura
de la saga de Uthred de Bebbanburg, que ya va por su décimo libro, y que a
pesar de no disfrutar tanto de esta historia, todavía me atrae y me apetece ver
como continúa. También me gustaría discul parme por dejar un poco desatendido el blog durante este mes, pero he tenido responsabilidades ineludibles y no he podido dedicarle más tiempo. Vayamos con mis impresiones:
La historia arranca situándonos cerca
de la fortaleza de Bebbanburg, allí Uthred mantiene a sus hombres acechando su hogar, con la
esperanza de poner nervioso a su primo y poder sorprenderle. Pero antes de que
Uthred pueda realizar alguna de sus jugadas, varios barcos daneses arriban al lugar y un nutrido grupo de daneses se une a las fuerzas de su primo. Contrariado
por la aparición de nuevos enemigos y obligado por el amor a su hija, Uthred
decide abandonar su misión al recibir un aviso de su yerno, marido de su hija y
rey de Northumbria, que le reclama ayuda ante una inminente invasión de sus
tierras por parte de los sajones de Wessex.
Uthred acude raudo con la única de
idea de intentar mantener una paz que en su día firmó con Ethelfleda, la
hermana del rey de Wessex y reina de Mercia, y que se plantea como la única posibilidad de que su
yerno mantenga el trono. Pero por si no tuviera suficientes problemas, en su camino
de vuelta cerca del Muro de Adriano nuestro protagonista se topará con las
fuerzas del rey de Escocia, que parece haber olido la sangre y le comunica a
Uthred que reclama para Escocia las tierras al norte del Muro, entre las que se
incluye Bebbanburg.
Incapaz de atar todos los cabos, al
menos por el momento, Uthred tendrá que lidiar en diversos frentes para evitar
una guerra y al mismo tiempo no perder de vista a Bebbanburg antes de que sea
demasiado tarde y pierda la fortaleza para siempre. Y esta vez aunque su espada
seguirá siendo importante para el devenir de la historia, tendrá que ser su agilidad mental y
su habilidad estratégica la que saquen de ese atolladero a Uthred y a los
suyos.
Como viene siendo habitual el
desenlace de la historia nos llegará tras varios muros de escudos, mucha sangre
y una enorme cantidad de escenas de acción narradas con mucho arte por parte de
Bernard Cornwell.
Centrándome en otros aspectos de este
libro, Cornwell mantiene su estilo narrativo habitual, en el que prima la
acción y una tosca eficiencia narrativa, que facilitan la lectura al público en
general. El ritmo narrativo se mantiene bastante constante durante toda la
historia, y en ningún caso disfrutaremos de parones o partes tediosas que
corten la lectura.
Finalizando con los personajes, poco
tengo que decir de Uthred que no sepáis ya. Tal vez remarcaría el intento,
aunque nimio, que hace Cornwell por ofrecernos un Uthred más sensato y
reflexivo, lo que estaría muy bien, si no fuera porque a la siguiente escena
aparece encabezando un ataque suicida contra varios enemigos, que hacen que
pierda credibilidad a su nuevo yo. Del resto de personajes no hay mucho que decir, los
clásicos bien, algún secundario decente y el villano de turno muy falto de
carisma y bastante soso.
COSAS
QUE ME HAN GUSTADO:
Ø He
notado la trama algo más trabajada que en los dos anteriores libros, algo que
se agradece. La historia sigue pecando en muchos momentos de previsibilidad,
pero al menos en este caso todo transcurre de una forma "algo"
diferente.
Ø El
motivo por el que continúo leyendo esta saga es debido a que no me canso del
estilo narrativo de Cornwell. Que sí, que su prosa es pasable y poco refinada,
pero a mí me gusta mucho como narra las escenas de la acción y la gran cantidad
de ellas que vemos en cada una de sus novelas.
Ø Como
las entregas anteriores es una novela sencilla de leer y muy amigable para el
lector medio, que podrá disfrutar de una buena historia de aventuras sin tener que romperse demasiado la cabeza.
COSAS
QUE NO ME HAN GUSTADO:
Ø Gustándome
el personaje de Uthred, creo que al final cansa que siempre tenga que ser él
quien solucione todos los entuertos. Me gustaría ahora que es un personaje
maduro, incluso anciano para su época, verle actuando de un modo diferente como deja entrever en algún momento de esta novela.
Ø Como
ya comenté en las entregas predecesoras, Bernard Cornwell ha estirado demasiado
esta saga y amenaza con desvirtuarla sino la termina pronto o nos ofrece una
perspectiva diferente.
CONCLUSIÓN:
Podría decir que esta décima entrega
de la saga es más de lo mismo, y lo cierto es que no estaría mintiendo, pero
también es verdad que a diferencia de sus dos predecesoras, en esta novela
Cornwell se sale un poco de su zona de confort y nos ofrece una historia algo
más trabajada y con una trama más compleja. Esta evolución en el entramado,
junto al estilo narrativo del autor británico y el carisma habitual que
desprende su protagonista, hace que esta sea una de las mejores novelas de la
saga dentro de las cuatro o cinco últimas publicadas. Por supuesto que el libro es mejorable, para empezar vemos a un Uthred cada vez menos creíble, la
edad no perdona salvo en su caso, tampoco es de mucha ayuda que sus enemigos hayan
perdido casi todo su carisma y sean incapaces de plantarle cara. ¿Recomendable? Si has llegado hasta el noveno
libro de Uthred, pues lo suyo es que sigas con él, total, uno más ni lo vas a
notar y entretenido sigue siendo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario